Como no podía ser de otra manera, el posicionamiento del Vaticano contra la propuesta de Francia de despenalizar la homosexualidad en la ONU ya ha tenido una amplia respuesta.Organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional, y colectivos LGBT de diversos países, además del propio Gobierno Francés, han comenzado a alzar la voz para criticar la oposición del Vaticano a una medida que ayudaría ya no sólo a mejorar la calidad de vida, sino a garantizar incluso la propia vida de miles de personas en todo el planeta.Desde Amnistía Internacional se ha recordado que la propuesta francesa es a favor de los derechos humanos, explicando que “es tan importante la plena libertad política y religiosa como afirmar la propia orientación sexual sin correr el riesgo de ser arrestado, torturado, condenado a muerte y otras formas graves de discriminación”.Ya en España, la FELGBT, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales se ha mostrado horrorizada y directamente agredida por el rechazo del Vaticano a la despenalización universal de la homosexualidad.Desde la FELGBT se ha calificado este rechazo como de un paso más hacia el fundamentalismo, hacia el odio homófobo más crudo, claro y terrible.También se ha unido a las críticas COGAM, el Colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales de Madrid, desde donde calificó a la posición del Vaticano de nausebunda, y la Fundación Triángulo, quienes afirmaron que “la jerarquía eclesial se separa una vez más de sus bases acercándose a quien desde el estado maltrata, tortura o ejecuta”.Por su parte, el Gobierno Francés, promotor de la iniciativa en reresentación de la Unión Europea, ha defendido su propuesta, en boca de su Ministro de Exteriores, Eric Chevallier.Chevallier ha explicado que “la idea no es crear una nueva norma de derecho sino, a partir de los textos existentes, crear una dinámica en favor de la despenalización”.Para el ministro de Exteriores galo, solicitar la despenalización es una práctica que respeta el derecho actual y que Francia considera “justa en el plano ético y humano”, ya que todavía existen 90 países en los que se reprime la homosexualidad, mientras que una docena todavía se castiga a los gays con la pena capital.En el otro lado, el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ha vuelto a manifestar la oposición del Vaticano a la despenalización universal de la homosexualidad.Lombardi afirmó que “obviamente, ninguno quiere defender la pena de muerte para los homosexuales, como alguno querría hacer creer”, al tiempo que recordaba que el Vaticano no está sólo en su postura, ya que hay 150 estados miembros de Naciones Unidas que no se han adherido a la propuesta de Francia.Una forma como otra cualquiera de nadar mientras guardan la ropa. No es entendible, que, aunque se esté en contra de los matrimonios gays, se mantenga una posición tan cerrada y tan poco solidaria como el prójimo como es la de oponerse a la despenalización de la homosexualidad, teniendo en cuenta que se trata del derecho de la gente a vivir tranquilamente, tal y como son, y a evitar el sufrimiento de los perseguidos.Cuanto odio, y cuanto miedo tiene que haber entre la jerarquía vaticana, para posicionarse contra una propuesta que simplemente pide que no se persiga a los gays, sin entrar en temas más polémicos como el matrimonio gay, un matrimonio que incluso en la propia Francia todavía no está reconocido.Espero que el sufrimiento de todos los gays represalidados, perseguidos, encarcelados o ejecutados pesen sobre las conciencias de estas personas, que se suponen que tienen que transmitirnos mensajes de paz, igualdad, protección a los perseguidos, y sobre todo, más amor.
3-12-08
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