viernes, 19 de diciembre de 2008

Los últimos coletazos sanitarios de la era Bush


Nueva normativa en cuanto a salud:

Una nueva ley protegerá 'la objeción de conciencia' de los sanitarios en contra del aborto
La medida entrará en vigor en 30 días, antes de que Barack Obama asuma el poder

MADRID.- Parece que George W. Bush no quiere despedirse de la Casa Blanca sin un último golpe de efecto. Antes del adiós definitivo, la Administración que dirige ha puesto en marcha nuevas protecciones para los sanitarios que se oponen al aborto u otras intervenciones médicas alegando motivos religiosos o morales.
La normativa, que será efectiva en 30 días -justo antes de que Obama asuma el poder-, prohíbe a los centros que reciben financiación pública discriminar a cualquier médico, enfermera o profesional sanitario que se niegue a participar en cualquier procedimiento a causa de sus convicciones.
Esto, según publica la prensa americana, no sólo afectaría a la práctica de abortos, sino que haría posible que muchos farmacéuticos no dispensaran la píldora del día después o incluso que se negara una fecundación in vitro a mujeres solteras o lesbianas.
Según la normativa, las organizaciones implicadas deberán enviar una certificación escrita de su conformidad con la nueva regulación antes del 1 de octubre de 2009. De lo contrario, podrían perder su financiación o incluso tener que devolver fondos ya recibidos.
Posible marcha atrás
Una vez ocupe su cargo en la Casa Blanca, Barack Obama puede rechazar la medida. Sin embargo, lograrlo exige un proceso relativamente largo.
Sociedades opositoras al aborto e incluso la Conferencia de Obispos Católicos estadounidenses ya han apoyado la nueva regulación. "Los individuos e instituciones comprometidos con la curación no deberían ser requeridos para quitar las vidas que están dedicados a proteger", ha señalado, en declaraciones a 'The Washington Post' una portavoz de la Conferencia.
Sin embargo, un total de 28 senadores y 110 congresistas, apoyados por la Asociación de Hospitales Americanos, el Colegio de Ginecólogos y Obstetras y la Asociación Médica Americana ya han manifestado su oposición a la normativa.
Quienes la rechazan remarcan que supone una amenaza al derecho de las mujeres a someterse a un aborto y que realmente no es necesario ya que el Acta de Derchos Civiles de 1964 ya prohíbe la discriminación laboral basada en la religión.

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