jueves, 18 de diciembre de 2008

Las minorías todavía siguen desprotegidas


Para Sharon Stapel EE.UU. no reconoce los derechos de las minorías; la sociedad no las visualiza y pretende que no existen.


Sharon Stapel. Analista de EE.UU.Olga Imbaquingo, corresponsal en Nueva York
Durante la campaña se habló mucho sobre los prejuicios raciales en EE.UU. La elección de Barack Obama dio señales de que el país es menos racista. ¿Qué deberían pensar las distintas minorías cuando ocurren crímenes de odio racial?El triunfo de Obama fue un signo de avance en términos de qué pensamos sobre la raza, pero el problema del racismo no está resuelto. En las últimas, con las dos tragedias contra ciudadanos ecuatorianos hemos visto un odio implícito a los inmigrantes. Los causantes actuaron por odio e ignorancia contra alguien solo por ser inmigrante. En Brooklyn, a la víctima también lo atacaron por ser gay. En lo fundamental, las políticas del país no dan un pleno reconocimiento a los inmigrantes, a los gays, lesbianas y transexuales. Cuando se vive en una sociedad que no extiende todos los derechos a las minorías, no sorprende que ocurran estos crímenes.¿Estos últimos crímenes son el resultado de una sistemática e intensa propaganda de xenofobia en contra de los inmigrantes?La política inmigratoria de EE.UU. no refleja lo que está pasando en el país. Solo hay que ver la diversidad en Nueva York. No estoy segura de si el Gobierno Federal está mirando lo que nosotros estamos mirando. Si no reconocemos el valor de la gente que está contribuyendo a la sociedad y trayendo más riqueza y diversidad, lo que se puede esperar es más casos de violencia. Si pensamos que los inmigrantes son malos y hay una política que soporta esa idea, entonces será fácil violentar sus derechos. Por eso la vigilia en Buswick fue un acto con un mensaje poderoso: gays, lesbianas y transexuales comparten los mismos ideales que los inmigrantes y que la gente negra.
¿Por qué está aquí? Su trayectoria. Es directora ejecutiva del proyecto Antiviolencia en Nueva York. Ha luchado contra la violencia doméstica en Massashusetts y en Sudáfrica.Su punto de vista. EE.UU. no reconoce los derechos de las minorías; la sociedad no las visualiza y pretende que no existen.
¿Cómo los inmigrantes pueden lidiar con estos abusos y buscar apoyo en la Policía, cuando no tienen papeles, no hablan inglés y viven con miedo? Además, entre ellos también hay gays, lesbianas y transexuales.Parte del problema es que no se reconocen los derechos familiares y de parejas de los homosexuales, y no se les permite hacer peticiones para reunificación familiar. En Nueva York hay medidas informales que protegen la identidad de las personas que denuncian, aun así la gente tiene miedo. Nosotros conversamos con la Policía y a sus miembros les ayudamos a desmontar ciertos estereotipos contra las minorías. Pero entiendo ese miedo a reportar los abusos, porque aunque en Nueva York se motive a denunciar, las leyes federales no respaldan a las minorías.El crimen contra José fue antigay en una de las ciudades más tolerantes del mundo. ¿Qué mensaje da esta tragedia a la comunidad homosexual?El mensaje es que mientras uno no esté a salvo nadie está a salvo. El crimen de odio ha subido en un 24% entre el 2000 y el 2007. Al 2008 lo vemos como uno de los años más violentos. Al crimen de José Sucuzhañay lo consideramos un acto de homofobia, aunque la víctima haya sido o no gay, eso es lo que menos importa, lo que vale es que fue percibido como tal. La preocupación es que entre más visibles son los inmigrantes y los grupos de homosexuales, más vulnerables son frente a individuos que son ignorantes. Si el Gobierno Federal no reconoce el matrimonio entre homosexuales y tiene una política antiinmigrantes, está alimentando una atmósfera donde la violencia es aceptable.Más crisis económica y más pobreza es igual a más violencia. Esta fórmula puede perjudicar a los inmigrantes que son percibidos como los que se llevan las fuentes de empleo. ¿Teme que eso ocurra?Lo que creo que es que habrá menos servicios para los que más necesitan. La crisis hará más débiles a los que ya lo son. Los gays y lesbianas ya tienen dificultades de conseguir empleos, lo mismo ocurre con los inmigrantes, el sentimiento de xenofobia los expone al riesgo de ser más violentados en sus derechos. Tenemos que trabajar más en el mensaje de que no queremos violencia solo por el hecho de ser inmigrantes, gays o lesbianas. Estamos hablando de movimiento de libertades civiles.Hay varios pasos que motivan a denunciar los crímenes de odio, ¿son suficientes?En Nueva York hay una legislación de crímenes de odio que protege a la gente, basado en su raza o su orientación sexual. El problema es que no tenemos una legislación federal y esa ley es la que le estamos pidiendo a Obama para que la dicte en los primeros 100 días de su gobierno.

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