jueves, 12 de febrero de 2009

'Ander' lleva el euskera y los problemas de un baserritarra gay a la Berlinale


La película ofrece un contenido acercamiento a los sentimientos homosexuales. Un centenar de acreditados asistió a la proyección en la sección Panorama!


DV. Una de las grandes salas que acogen las proyecciones de prensa de la Berlinale recibió ayer el primer pase para los medios de comunicación de Ander, la película vasca seleccionada en la sección Panorama que cuenta el enamoramiento de un treintañero cuando entra a trabajar en su caserío un joven peruano. Un centenar de periodistas y acreditados se acercaron a la proyección que, a pesar de que se celebraba al mismo tiempo que uno de los pases de la Sección Oficial, tuvo una buena entrada. Era insólito ver en Berlín una película en euskera con subtítulos en inglés, aunque quizás no fueron las primeras palabras en lengua vasca que se escucharon en la Berlinale, donde ya estuvo Vacas, de Julio Medem. La película tiene también partes en castellano, aproxidamente el 40%, según dijo el director.
Los artífices de Ander se habían preocupado de hacerse notar, con abundantes carteles en las calles, folletos en las mesas e incluso un anuncio de una página entera en la más importante revista americana de la industria, Variety. La misma publicación calentaba motores el martes con un artículo con foto sobre Ander: «Sabino Arana estará revolviéndose en su tumba», comenzaba la información de John Hopewell. «Arana exaltó el catolicismo y la pureza racial vasca y un siglo después de su muerte la Berlinale presenta la primera película gay en lengua vasca», continuaba. Bueno, luego la cosa no era para tanto, porque precisamente la virtud de Ander es huir por completo del escándalo o la provocación, o de la tentación de convertir el asunto en algo gracioso o paródico. Ander es un drama de sentimientos que implica a más personajes que la pareja homosexual.
El director Roberto Castón, en una rueda de prensa en la que se habló en castellano, euskera, alemán e inglés, explicó que Ander es sobre todo una película sobre la soledad: «Casi todos los personajes están solos y no hacen nada por evitarlo». El productor José María Gonzalo añadió que es una película apta para distintas edades y cualquier país, porque «la aceptación de la propia identidad es una cuestión universal».
Con una duración que supera las dos horas y un ritmo pausado «porque la gente del campo vive a un ritmo más lento y sobre todo necesita tiempo cuando tiene que expresar sentimientos», Ander no se limita a la situación del descubrimiento de la homosexualidad y pone en pantalla otros temas, como la aceptación del extraño, las cargas familiares y los miedos en una sociedad muy cerrada.
A pesar de algunos tópicos y una duración algo excesiva, la película encargada por Berdindu, el servicio vasco para gays, lesbianas y transexuales, evita el didactismo y se muestra como un cine contenido y modesto, que busca el realismo y se mueve entre silencios y miradas. La película compite con una veintena de títulos en la sección Panorama y opta también al prestigioso premio Teddy de la Berlinale para películas de temática gay.


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