El diario de Vocento da voz a los que “ayudan a la gente a dejar la homosexualidad a través de Jesucristo”
Este verano, el diario ABC ha demostrado una vez más porque es uno de los periódicos más retrógrados, reaccionarios y ultraconservadores de España. En un artículo firmado por Anna Grau desde Nueva York, el diario de Vocento da credibilidad a las teorías que afirman que la homosexualidad es una “enfermedad”.
En 1973 la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) decidió eliminar la homosexualidad del “Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales'”(DSM) y urgió a rechazar toda legislación discriminatoria contra gays y lesbianas. Casi dos décadas después, en 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Sin embargo, tal y como se puede comprobar en el diario de Vocento, parece que el paso de los años no ha terminado de desmontar unas teorías ridículas que no tienen base científica alguna. “Combinación explosiva”A raíz de un informe publicado por la APA en el que se afirma que la homosexualidad no se “cura” y se rechaza que se someta a gays o lesbianas a terapia para convertirse en heterosexuales (“no sólo porque no funciona, sino porque puede llevar a la depresión y al suicidio”), el diario de Vocento da voz al consejero evangélico Warren Throckmorton, “uno de los pocos especialistas en lidiar con la combinación explosiva de homosexualidad y religión”.“Exalcohólico”En su clínica estadounidense de psicología, Throckmorton asegura a sus “pacientes” que aunque sus impulsos homosexuales no son una enfermedad ni un signo de falta de fe, éstos nunca van a desaparecer. “Van a estar siempre ahí. Otra cosa es que se puede ceder o no ceder a ellos. Existe la posibilidad de resistirlos, como un exalcohólico resiste la tentación de beber”. “No ejercer” Y es que, a través del testimonio de Throckmorton, Anna Grau deja caer que “la identidad sexual no puede ser negada pero sí sublimada y controlada. Es decir, que se puede ser gay pero no ejercer”.“Cruzada” Finalmente, ABC apunta que “para algunas personas traicionar su sistema de creencias es mucho más traumático que traicionar su sexualidad”. Por ejemplo, mencionan la historia de Alan Chambers, un fundamentalista inmerso en una “cruzada” para “ayudar a la gente a dejar la homosexualidad a través de Jesucristo”.
Contacto: jmgarrido@elplural.com
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