Por qué califiqué al diario ABC como “uno de los periódicos más retrógrados de España”
“Retrógrado”, “reaccionario” y “ultraconservador”. Estos fueron algunos de los adjetivos que utilicé el pasado miércoles para definir al diario ABC a raíz de la publicación de una noticia en la que periodista Anna Grau daba cabida pseudoexpertos que aún creen se puede “ayudar a la gente a dejar la homosexualidad a través de Jesucristo”.
“Retrógrado”, “reaccionario” y “ultraconservador”. Estos fueron algunos de los adjetivos que utilicé el pasado miércoles para definir al diario ABC a raíz de la publicación de una noticia en la que periodista Anna Grau daba cabida pseudoexpertos que aún creen se puede “ayudar a la gente a dejar la homosexualidad a través de Jesucristo”.
En mi opinión, con esta noticia, el diario ABC hacía gala una vez más de su carácter homófobo. Incluso, consideré que este tipo de artículos hacen más daño a la conquista real de la libertad e igualdad sexual que los burdos editoriales que el diario de Vocento dedica de vez en cuando a la celebración del día del Orgullo Gay, la ley que permite contraer matrimonio a las personas homosexuales o Educación para la Ciudadanía, esa asignatura que se imparte en la gran mayoría de países de Europa y que versa sobre la Constitución Española o la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Como ex alcohólicosEs cierto que el artículo del diario ABC empezaba haciéndose eco de un informe en el que la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) afirma una vez más que la homosexualidad no se “cura” y rechaza que se someta a gays o lesbianas a terapia para convertirse en heterosexuales. Sin embargo, ABC destinaba el resto del artículo a dar voz a pseudocientificos o religiosos que entre otros disparates señalan que “existe la posibilidad de resistir los impulsos homosexuales”, tal y como “un exalcohólico resiste la tentación de beber”.Afirmaciones Por ejemplo, Anna Grau llegaba a afirmar que “para algunas personas traicionar su sistema de creencias es mucho más traumático que traicionar su sexualidad” y dejaba caer la idea de que “la identidad sexual no puede ser negada pero sí sublimada y controlada. Es decir, que se puede ser gay pero no ejercer”. Ni una línea Frente a estos testimonios, el diario ABC no dedicaba ni una línea a los expertos que consideran que ser homosexual no es lo mismo que ser un alcohólico, que no es comparable resistir los impulsos homosexuales que dejar de beber, que se puede creer en Dios y amar a una persona de tu mismo sexo, o que ser gay y no ejercer es una combinación explosiva que sólo conduce a la depresión. Colectivos silenciadosEl ABC tampoco ofrecía la versión de los colectivos homosexuales que tantos años llevan luchando para que las lesbianas, gays, bisexuales y transexuales puedan mostrase tal y como ellos son en una sociedad que esté preparada para aceptar a los diferentes. Apreciaciones Por todos estos motivos califiqué al ABC “como uno de los periódicos más retrógrados, reaccionarios y ultraconservadores de España”. Apreciaciones que disgustaron a la periodista Anna Grau, quien envió una carta de rectificación que, como no podía ser de otra forma en un periódico progresista, El Plural ha publicado íntegramente. Opciones En su rectificación, la corresponsal del diario de Vocento afirmó lo siguiente sobre mí: “O la persona que firma el artículo de ustedes no lo entendió, sea por habérselo leído demasiado apresuradamente, demasiado prejuiciosamente, o desde la más flagrante ignorancia”, o bien “la persona que firma el artículo lo firma con ánimo de distorsión y desinformación”.Pasos de gigantes Y aquí Anna Grau se vuelve a equivocar. Me leí y entendí su artículo a la perfección. Y por eso lo critiqué. Puede ser que para el ABC sea un paso de gigante reconocer que la homosexualidad no se puede eliminar porque no es una enfermedad. Pero para El Plural tampoco es aceptable la existencia de clínicas que “trabajan para subliminarla”.El paso No creo que a través de ninguna terapia, ni tampoco a través de Jesucristo, se pueda ser “gay y no ejercer”.
Y precisamente por eso considero que publicitar este tipo de disparatadas teorías sin exponer sus contradicciones puede hacer un daño enorme a los homosexuales que todavía no se han atrevido a dar el paso de amar sin sentirse culpables.
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