La segunda carta de mi secreto corresponsal prosigue en su ampliación de estudios sobre las mujeres
«Estimado profesor:
En varias ocasiones se ha referido usted a la «falsabilidad». Construcciones como la «teoría de género» son doctrinas perfectamente blindadas a cualquier tipo de datos. El que en los asesinatos dentro de la pareja el número de mujeres asesinadas sea mayor que el de varones sirve como demostración de la subyugación femenina, pero con la misma lógica se podría explicar lo contrario: de hecho, cuando las mujeres asesinan a sus esposos no falta quien las disculpe, porque la suya es una violencia «reactiva» (por lo demás, el que los negros cometan en Estados Unidos una proporción mucho mayor de asesinatos que los blancos siempre es explicado como una consecuencia de su ancestral sumisión). Esta imposibilidad de falsación, sin embargo, llega al límite del virtuosismo cuando se trata de explicar la violencia que existe dentro de las parejas homosexuales. Bueno, de acuerdo, para los homosexuales masculinos podemos aún hablar de la educación machista que recibieron, etcétera, etcétera. Pero, ¿y las lesbianas? No faltan estudios que recuerdan que en las parejas lesbianas hay niveles de violencia nada desdeñables. Pero estoy seguro de que, una vez más, las explicaciones «de género» lograrán demostrar que son impermeables a cualquier falsabilidad.
He aquí un pequeño estudio [http://www.musc.edu/vawprevention/lesbianrx/factsheet.shtml] que comienza por reconocer que los niveles de violencia en las parejas lesbianas son similares a los de las heterosexuales; a continuación indica que las razones por las que una lesbiana agrede a su compañera son esencialmente las mismas por las que tales agresiones se producen en las parejas heterosexuales. Pese a todo este reconocimiento del paralelismo entre la violencia de las parejas lesbianas y las heterosexuales, finalmente se insiste en una curiosa peculiaridad: «the homophobic environment»:
In addition, a unique element for lesbians is the homophobic environment that surrounds them (4,10,14). This enables the abusive partner to exert "heterosexist control" over the victim by threatening to "out" the victim to friends, family, or employer or threatening to make reports to authorities that would jeopardize child custody, immigration, or legal status. The homophobic environment also makes it difficult for the victim to seek help from the police, victim service agencies, and battered women's shelters.Digamos en honor de la autora del estudio, Suzana Rose, que no se esfuerza en exagerar esta «peculiaridad» de la violencia entre lesbianas, pero, desde luego, cualquier feminista de género tiene ahí ya precocinada la argumentación para que la violencia dentro de las parejas lesbianas, en fin, pase también a engrosar la inacabable lista de culpas del machismo.
Por lo demás, la doctora Rose da por descontado que en las parejas heterosexuales el agresor es con mayor frecuencia el varón (para justificar esta afirmación se remite a un libro de Elaine Leeader [nota cuatro] que tiene un subtítulo no muy tranquilizador: "Treating abuse in families: A feminist and community approach". Pero esta convicción, tan extendida, seguramente no tiene unos fundamentos tan sólidos como se pretende.
Las mujeres son asesinadas por su cónyuge con más frecuencia que los hombres. Lo que ya no está tan claro es que, fuera de esos casos extremos, la violencia dentro de la pareja realizada por las mujeres sea menor que la realizada por los varones. Y respecto a esta cuestión, sólo queda el recurso a la estadística basada en encuestas.
En España
En España las estadísticas oficiales al respecto son «unidireccionales y asimétricas», es decir, sólo se entrevista a mujeres, y sólo se les consulta sobre aquella violencia de la que se sienten víctimas. Así es como se han hecho las tres «macroencuestas» (2000, 2002 y 2006) encargadas por el Instituto de la Mujer [puede encontrarse el resumen de la última aquí: http://www.unece.org/stats/gender/vaw/surveys/Spain/publication.pdf].
Según esta encuesta se considera «mujer maltratada» a la que respondiese con las palabras «frecuentemente» o «a veces» a una o más de estas preguntas sobre su marido o compañero:
1) ¿Le impide ver a la familia, o tener relaciones con amigos, vecinos?
2) ¿Le quita el dinero que Vd. gana, o no le da lo suficiente que necesita para mantenerse?
3) ¿Le insulta o amenaza?
4) ¿Decide las cosas que Ud. puede o no hacer?
5) ¿Insiste en tener relaciones sexuales aunque sepa que usted no tiene ganas?
6) ¿No tiene en cuenta las necesidades de Vd (le deja el peor sitio de la casa, lo peor de la comida...)?
7) ¿En ciertas ocasiones le produce miedo?
8) ¿Cuando se enfada llega a empujar o golpear?
9) ¿Le dice que a donde va a ir sin él (que no es capaz de hacer nada por si sola)?
10) ¿Le dice que todas las cosas que hace están mal, que es torpe?
11) ¿Ironiza o no valora sus creencias (ir a la iglesia, votar a algún partido, pertenecer a alguna organización)?
12) ¿No valora el trabajo que realiza?
13) ¿Delante de sus hijos dice cosas para no dejarle a Ud. en buen lugar?
Este es el procedimiento por el que se ha llegado a esa cifra, constantemente repetida en España, de «dos millones de maltratadas» en España: si un hombre «a veces» se atreve a «ironizar» sobre, pongamos por caso, alguna idea política de su compañera, esta mujer pasa a formar parte oficialmente de la lista de maltratadas (!). Falta saber, naturalmente, cuántos «hombres maltratados» se habrían encontrado de haber sido ellos los entrevistados.
En otros países, sin embargo, llevan varios años haciendo las encuestas no sólo a las mujeres, sino también a los hombres, y, en muchos casos, además, se hacen encuestas «bidireccionales y simétricas», es decir: además de encuestar a hombres y a mujeres, se les pregunta no sólo por la violencia de la que son víctimas, sino también por aquella de la que son responsables: los datos de la encuesta serán más o menos fiables, en la medida en que, para cada tipo de acto violento, coincidan los porcentajes de los hombres que reconozcan haberlo cometido con los de las mujeres que afirmen haberlo sufrido, y viceversa (las parejas homosexuales, obviamente, necesitarían un tratamiento específico a este respecto).
La primera y más famosa investigación de este tipo que se hizo fue el llamado «Informe Dunedin» (más abajo volveré sobre ella). Se trataba de un estudio oficial, realizado con un gran despliegue de medios, que llegó a una conclusión muy diferente a la esperada: «About 27 percent of women and 34 percent of men among the Dunedin study members reported they had been physically abused by their partner. About 37 percent of women and 22 percent of men said they had perpetrated the violence».
En España muy recientemente se ha realizado un estudio con esta metodología, aunque limitado a jóvenes de la comunidad de Madrid. Sus datos también están disponibles en Internet: http://www.psicothema.com/pdf/3418.pdf. La «tabla 2» de dicho estudio demuestra que el nivel de agresividad de las chicas no encaja en absoluto con la idea general de que «ellas y sólo ellas son las víctimas» (en el apartado final volveremos a hablar de este tipo de estudios).
Canadá
Respecto a Canadá, es posible disponer de estadísticas oficiales sobre violencia dentro del ámbito familiar realizados por el Centro Canadiense de Estadística Jurídica. Este organismo tiene en Internet, a disposición del público, los estudios correspondientes a siete años: desde 1998 hasta 2005. Esta es la página electrónica donde es posible acceder a dichos estudios, en inglés:
http://www.statcan.ca/english/freepub/85-224-XIE/free.htm
o en francés:
http://www.statcan.ca/francais/freepub/85-224-XIF/free_f.htm
Estados Unidos
En Estados Unidos están disponibles varios tipos de estadísticas diferentes, cada una de las cuales proporciona resultados notablemente distintos:
NCVS (estadísticas judiciales)
El NCVS (Bureau of Justice Statistics’ National Crime Victimization Survey) sólo recoge los datos relativos a casos en los que ha habido una intervención del sistema judicial. Puede consultarse en la siguiente página:
http://www.ojp.usdoj.gov/bjs/cvict.htm#ncvs
también se puede consultar el resumen estadístico al que me refería más arriba (para el período 1993-2001):
http://www.ojp.usdoj.gov/bjs/pub/pdf/ipv01.pdf
NFVS (estudio sobre violencia familiar)
El NVS (National Family Violence Survey): Una encuesta telefónica, realizada a un número semejante de mujeres y hombres, dirigida por Murray A. Straus. La encuesta se ha realizado en dos ocasiones (1975 y 1985). La publicación oficial de estos estudios está disponible en Internet, pero no es de acceso libre (véase, sin embargo, lo que luego comentaremos sobre los trabajos del profesor Murray Straus)
NVAW (estudio sobre violencia contra la mujer)
NVAW (National Violence Against Women Survey): se basa en una encuesta telefónica realizada en el año 1999 a un número semejante de mujeres y hombres, pero con preguntas un tanto distintas a las del NFVS. Sus resultados y el estudio correspondiente se encuentran aquí:
http://www.ncjrs.gov/pdffiles1/nij/181867.pdf
Cada uno de estos tres estudios ofrece resultados bastante diferentes, debido al tipo de metodología con el que han sido realizados. El NCVS (basado en las estadísticas judiciales) es el que presenta mayor proporción de mujeres víctimas y hombres agresores. El NFVS, por el contrario, es el que presenta una mayor simetría entre los sexos (de hecho, las mujeres iniciarían las agresiones en mayor proporción que los hombres). Puede leerse el capítulo «Deciphering Disparities in Survey Findings» (pp. 19-24) del NVAW sobre estas disparidades entre los datos (las autoras del estudio, en cierta medida, vienen a conceder que la metodología más fiable es la utilizada por el NFVS).
Reino Unido
Domestic Violence Findings from a new British Crime Survey self-completion questionnaire (encuesta oficial realizada en 1996, publicada en 1999). Puede consultarse aquí:
http://www.homeoffice.gov.uk/rds/pdfs/hors191.pdf
«YouGov» (una empresa privada, no un organismo estatal) ha hecho pública recientemente una encuesta (realizada en enero de 2006) sobre violencia doméstica (y sobre las actitudes ante ella de las terceras personas):
http://www.yougov.com/archives/pdf/This%20Morningresults070125.pdf
Nueva Zelanda: El Estudio Dunedin
Findings about Partner Violence from the Dunedin Multidisciplinary Health and Developement Study (publicado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, aunque el Estudio original había sido realizado en Nueva Zelanda). Un equipo multidisciplinar siguió durante 21 años la trayectoria de un grupo de hombres y mujeres de la misma cohorte de edad en Nueva Zelanda, con la intención general de valorar diversas variables en relación con la salud y la calidad de vida. Dentro de los objetos de estudio se incluyó la violencia dentro de la pareja. Este estudio no estaba basado en meras encuestas telefónicas, sino que contrastaba las declaraciones de los distintos miembros de cada familia.
Puede consultarse en la siguiente página:
http://www.ncjrs.gov/pdffiles1/170018.pdf Australia
Disponemos de un estudio relativamente reciente (2005), publicado por el Australian Bureau of Statistics:
http://www.ausstats.abs.gov.au/ausstats/subscriber.nsf/0/6609ADCA83BBB30ACA2571C50074B5B7/$File/49060_2005_Reissue.pdf#search=%22personal%20safety%22
Estudios académicos multinacionales: Murray A. Straus
El profesor Murray A. Straus (director del estudio oficial NFVS al que antes nos hemos referido) lleva muchos años especializado en el estudio de la violencia dentro de la familia (no sólo la que se pueda dar entre cónyuges, sino también, y muy especialmente, la que reciben los niños). En su página electrónica se puede acceder a algunos de sus trabajos:
http://pubpages.unh.edu/~mas2/
En los últimos años, es especialmente importante el «International Dating Violence Study», en el que se integran datos de diferentes países.
http://pubpages.unh.edu/~mas2/ID-Sample-4-04.htm
Straus (y otros autores que colaboran con él) han realizado en los últimos años estudios estadísticos sobre la hostilidad hacia el otro sexo (esa antipatía genérica que se expresa, por ejemplo, en chistes sexistas o en comentarios y actitudes despreciativas para con «los hombres» o sobre «las mujeres»), y parece estar trabajando en establecer las correlaciones entre esta hostilidad genérica con la violencia dentro de la pareja.
El profesor Straus y su equipo han dedicado especial atención a conseguir un tipo de encuestas normalizado, aplicable luego a los más diversos países. El estudio español al que hicimos referencia más arriba (el relativo a jóvenes de la Comunidad de Madrid, publicado en el año 2007) se realizó con esta metodología. Están disponibles varios cientos de trabajos semejantes, realizados en los más diversos países, y la práctica totalidad de ellos revelan que la agresividad femenina es mucho mayor que la pretendida por las «teorías de género». Por citar sólo unos pocos recientes:
1. Experiences With Dating Aggression and Sexual Coercion Among Polish College Students
2. Profiles and Correlates of Relational Aggression in Young Adults’ Romantic Relationships
3. Sexuality and the Commission of Physical Violence to Partners and Non-Partners by Men and Women
4. Dating Violence in Russia
En fin, hay naturalmente muchas otras referencias a este respecto, pero creo que estas pueden ser suficientemente representativas. A partir de aquí puede evaluarse fácilmente la solidez de los presupuestos de la doctrina hoy oficial en España sobre la «violencia de género», y puede evaluarse también la fiabilidad de quienes son presentados oficialmente como «las y los especialistas» sobre tan compleja cuestión.»
Buenos días
«Estimado profesor:
En varias ocasiones se ha referido usted a la «falsabilidad». Construcciones como la «teoría de género» son doctrinas perfectamente blindadas a cualquier tipo de datos. El que en los asesinatos dentro de la pareja el número de mujeres asesinadas sea mayor que el de varones sirve como demostración de la subyugación femenina, pero con la misma lógica se podría explicar lo contrario: de hecho, cuando las mujeres asesinan a sus esposos no falta quien las disculpe, porque la suya es una violencia «reactiva» (por lo demás, el que los negros cometan en Estados Unidos una proporción mucho mayor de asesinatos que los blancos siempre es explicado como una consecuencia de su ancestral sumisión). Esta imposibilidad de falsación, sin embargo, llega al límite del virtuosismo cuando se trata de explicar la violencia que existe dentro de las parejas homosexuales. Bueno, de acuerdo, para los homosexuales masculinos podemos aún hablar de la educación machista que recibieron, etcétera, etcétera. Pero, ¿y las lesbianas? No faltan estudios que recuerdan que en las parejas lesbianas hay niveles de violencia nada desdeñables. Pero estoy seguro de que, una vez más, las explicaciones «de género» lograrán demostrar que son impermeables a cualquier falsabilidad.
He aquí un pequeño estudio [http://www.musc.edu/vawprevention/lesbianrx/factsheet.shtml] que comienza por reconocer que los niveles de violencia en las parejas lesbianas son similares a los de las heterosexuales; a continuación indica que las razones por las que una lesbiana agrede a su compañera son esencialmente las mismas por las que tales agresiones se producen en las parejas heterosexuales. Pese a todo este reconocimiento del paralelismo entre la violencia de las parejas lesbianas y las heterosexuales, finalmente se insiste en una curiosa peculiaridad: «the homophobic environment»:
In addition, a unique element for lesbians is the homophobic environment that surrounds them (4,10,14). This enables the abusive partner to exert "heterosexist control" over the victim by threatening to "out" the victim to friends, family, or employer or threatening to make reports to authorities that would jeopardize child custody, immigration, or legal status. The homophobic environment also makes it difficult for the victim to seek help from the police, victim service agencies, and battered women's shelters.Digamos en honor de la autora del estudio, Suzana Rose, que no se esfuerza en exagerar esta «peculiaridad» de la violencia entre lesbianas, pero, desde luego, cualquier feminista de género tiene ahí ya precocinada la argumentación para que la violencia dentro de las parejas lesbianas, en fin, pase también a engrosar la inacabable lista de culpas del machismo.
Por lo demás, la doctora Rose da por descontado que en las parejas heterosexuales el agresor es con mayor frecuencia el varón (para justificar esta afirmación se remite a un libro de Elaine Leeader [nota cuatro] que tiene un subtítulo no muy tranquilizador: "Treating abuse in families: A feminist and community approach". Pero esta convicción, tan extendida, seguramente no tiene unos fundamentos tan sólidos como se pretende.
Las mujeres son asesinadas por su cónyuge con más frecuencia que los hombres. Lo que ya no está tan claro es que, fuera de esos casos extremos, la violencia dentro de la pareja realizada por las mujeres sea menor que la realizada por los varones. Y respecto a esta cuestión, sólo queda el recurso a la estadística basada en encuestas.
En España
En España las estadísticas oficiales al respecto son «unidireccionales y asimétricas», es decir, sólo se entrevista a mujeres, y sólo se les consulta sobre aquella violencia de la que se sienten víctimas. Así es como se han hecho las tres «macroencuestas» (2000, 2002 y 2006) encargadas por el Instituto de la Mujer [puede encontrarse el resumen de la última aquí: http://www.unece.org/stats/gender/vaw/surveys/Spain/publication.pdf].
Según esta encuesta se considera «mujer maltratada» a la que respondiese con las palabras «frecuentemente» o «a veces» a una o más de estas preguntas sobre su marido o compañero:
1) ¿Le impide ver a la familia, o tener relaciones con amigos, vecinos?
2) ¿Le quita el dinero que Vd. gana, o no le da lo suficiente que necesita para mantenerse?
3) ¿Le insulta o amenaza?
4) ¿Decide las cosas que Ud. puede o no hacer?
5) ¿Insiste en tener relaciones sexuales aunque sepa que usted no tiene ganas?
6) ¿No tiene en cuenta las necesidades de Vd (le deja el peor sitio de la casa, lo peor de la comida...)?
7) ¿En ciertas ocasiones le produce miedo?
8) ¿Cuando se enfada llega a empujar o golpear?
9) ¿Le dice que a donde va a ir sin él (que no es capaz de hacer nada por si sola)?
10) ¿Le dice que todas las cosas que hace están mal, que es torpe?
11) ¿Ironiza o no valora sus creencias (ir a la iglesia, votar a algún partido, pertenecer a alguna organización)?
12) ¿No valora el trabajo que realiza?
13) ¿Delante de sus hijos dice cosas para no dejarle a Ud. en buen lugar?
Este es el procedimiento por el que se ha llegado a esa cifra, constantemente repetida en España, de «dos millones de maltratadas» en España: si un hombre «a veces» se atreve a «ironizar» sobre, pongamos por caso, alguna idea política de su compañera, esta mujer pasa a formar parte oficialmente de la lista de maltratadas (!). Falta saber, naturalmente, cuántos «hombres maltratados» se habrían encontrado de haber sido ellos los entrevistados.
En otros países, sin embargo, llevan varios años haciendo las encuestas no sólo a las mujeres, sino también a los hombres, y, en muchos casos, además, se hacen encuestas «bidireccionales y simétricas», es decir: además de encuestar a hombres y a mujeres, se les pregunta no sólo por la violencia de la que son víctimas, sino también por aquella de la que son responsables: los datos de la encuesta serán más o menos fiables, en la medida en que, para cada tipo de acto violento, coincidan los porcentajes de los hombres que reconozcan haberlo cometido con los de las mujeres que afirmen haberlo sufrido, y viceversa (las parejas homosexuales, obviamente, necesitarían un tratamiento específico a este respecto).
La primera y más famosa investigación de este tipo que se hizo fue el llamado «Informe Dunedin» (más abajo volveré sobre ella). Se trataba de un estudio oficial, realizado con un gran despliegue de medios, que llegó a una conclusión muy diferente a la esperada: «About 27 percent of women and 34 percent of men among the Dunedin study members reported they had been physically abused by their partner. About 37 percent of women and 22 percent of men said they had perpetrated the violence».
En España muy recientemente se ha realizado un estudio con esta metodología, aunque limitado a jóvenes de la comunidad de Madrid. Sus datos también están disponibles en Internet: http://www.psicothema.com/pdf/3418.pdf. La «tabla 2» de dicho estudio demuestra que el nivel de agresividad de las chicas no encaja en absoluto con la idea general de que «ellas y sólo ellas son las víctimas» (en el apartado final volveremos a hablar de este tipo de estudios).
Canadá
Respecto a Canadá, es posible disponer de estadísticas oficiales sobre violencia dentro del ámbito familiar realizados por el Centro Canadiense de Estadística Jurídica. Este organismo tiene en Internet, a disposición del público, los estudios correspondientes a siete años: desde 1998 hasta 2005. Esta es la página electrónica donde es posible acceder a dichos estudios, en inglés:
http://www.statcan.ca/english/freepub/85-224-XIE/free.htm
o en francés:
http://www.statcan.ca/francais/freepub/85-224-XIF/free_f.htm
Estados Unidos
En Estados Unidos están disponibles varios tipos de estadísticas diferentes, cada una de las cuales proporciona resultados notablemente distintos:
NCVS (estadísticas judiciales)
El NCVS (Bureau of Justice Statistics’ National Crime Victimization Survey) sólo recoge los datos relativos a casos en los que ha habido una intervención del sistema judicial. Puede consultarse en la siguiente página:
http://www.ojp.usdoj.gov/bjs/cvict.htm#ncvs
también se puede consultar el resumen estadístico al que me refería más arriba (para el período 1993-2001):
http://www.ojp.usdoj.gov/bjs/pub/pdf/ipv01.pdf
NFVS (estudio sobre violencia familiar)
El NVS (National Family Violence Survey): Una encuesta telefónica, realizada a un número semejante de mujeres y hombres, dirigida por Murray A. Straus. La encuesta se ha realizado en dos ocasiones (1975 y 1985). La publicación oficial de estos estudios está disponible en Internet, pero no es de acceso libre (véase, sin embargo, lo que luego comentaremos sobre los trabajos del profesor Murray Straus)
NVAW (estudio sobre violencia contra la mujer)
NVAW (National Violence Against Women Survey): se basa en una encuesta telefónica realizada en el año 1999 a un número semejante de mujeres y hombres, pero con preguntas un tanto distintas a las del NFVS. Sus resultados y el estudio correspondiente se encuentran aquí:
http://www.ncjrs.gov/pdffiles1/nij/181867.pdf
Cada uno de estos tres estudios ofrece resultados bastante diferentes, debido al tipo de metodología con el que han sido realizados. El NCVS (basado en las estadísticas judiciales) es el que presenta mayor proporción de mujeres víctimas y hombres agresores. El NFVS, por el contrario, es el que presenta una mayor simetría entre los sexos (de hecho, las mujeres iniciarían las agresiones en mayor proporción que los hombres). Puede leerse el capítulo «Deciphering Disparities in Survey Findings» (pp. 19-24) del NVAW sobre estas disparidades entre los datos (las autoras del estudio, en cierta medida, vienen a conceder que la metodología más fiable es la utilizada por el NFVS).
Reino Unido
Domestic Violence Findings from a new British Crime Survey self-completion questionnaire (encuesta oficial realizada en 1996, publicada en 1999). Puede consultarse aquí:
http://www.homeoffice.gov.uk/rds/pdfs/hors191.pdf
«YouGov» (una empresa privada, no un organismo estatal) ha hecho pública recientemente una encuesta (realizada en enero de 2006) sobre violencia doméstica (y sobre las actitudes ante ella de las terceras personas):
http://www.yougov.com/archives/pdf/This%20Morningresults070125.pdf
Nueva Zelanda: El Estudio Dunedin
Findings about Partner Violence from the Dunedin Multidisciplinary Health and Developement Study (publicado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, aunque el Estudio original había sido realizado en Nueva Zelanda). Un equipo multidisciplinar siguió durante 21 años la trayectoria de un grupo de hombres y mujeres de la misma cohorte de edad en Nueva Zelanda, con la intención general de valorar diversas variables en relación con la salud y la calidad de vida. Dentro de los objetos de estudio se incluyó la violencia dentro de la pareja. Este estudio no estaba basado en meras encuestas telefónicas, sino que contrastaba las declaraciones de los distintos miembros de cada familia.
Puede consultarse en la siguiente página:
http://www.ncjrs.gov/pdffiles1/170018.pdf Australia
Disponemos de un estudio relativamente reciente (2005), publicado por el Australian Bureau of Statistics:
http://www.ausstats.abs.gov.au/ausstats/subscriber.nsf/0/6609ADCA83BBB30ACA2571C50074B5B7/$File/49060_2005_Reissue.pdf#search=%22personal%20safety%22
Estudios académicos multinacionales: Murray A. Straus
El profesor Murray A. Straus (director del estudio oficial NFVS al que antes nos hemos referido) lleva muchos años especializado en el estudio de la violencia dentro de la familia (no sólo la que se pueda dar entre cónyuges, sino también, y muy especialmente, la que reciben los niños). En su página electrónica se puede acceder a algunos de sus trabajos:
http://pubpages.unh.edu/~mas2/
En los últimos años, es especialmente importante el «International Dating Violence Study», en el que se integran datos de diferentes países.
http://pubpages.unh.edu/~mas2/ID-Sample-4-04.htm
Straus (y otros autores que colaboran con él) han realizado en los últimos años estudios estadísticos sobre la hostilidad hacia el otro sexo (esa antipatía genérica que se expresa, por ejemplo, en chistes sexistas o en comentarios y actitudes despreciativas para con «los hombres» o sobre «las mujeres»), y parece estar trabajando en establecer las correlaciones entre esta hostilidad genérica con la violencia dentro de la pareja.
El profesor Straus y su equipo han dedicado especial atención a conseguir un tipo de encuestas normalizado, aplicable luego a los más diversos países. El estudio español al que hicimos referencia más arriba (el relativo a jóvenes de la Comunidad de Madrid, publicado en el año 2007) se realizó con esta metodología. Están disponibles varios cientos de trabajos semejantes, realizados en los más diversos países, y la práctica totalidad de ellos revelan que la agresividad femenina es mucho mayor que la pretendida por las «teorías de género». Por citar sólo unos pocos recientes:
1. Experiences With Dating Aggression and Sexual Coercion Among Polish College Students
2. Profiles and Correlates of Relational Aggression in Young Adults’ Romantic Relationships
3. Sexuality and the Commission of Physical Violence to Partners and Non-Partners by Men and Women
4. Dating Violence in Russia
En fin, hay naturalmente muchas otras referencias a este respecto, pero creo que estas pueden ser suficientemente representativas. A partir de aquí puede evaluarse fácilmente la solidez de los presupuestos de la doctrina hoy oficial en España sobre la «violencia de género», y puede evaluarse también la fiabilidad de quienes son presentados oficialmente como «las y los especialistas» sobre tan compleja cuestión.»
Buenos días
No hay comentarios:
Publicar un comentario