Cuestión de actitud y valentía. La decisión de “contar” es un acto determinante. La CHA se propone colaborar con ese paso trascendente para la vida de las personas.
En el Colegio Nacional de Buenos Aires, frente a un auditorio colmado de adolescentes, se lanzó oficialmente la “Campaña por la salida del closet”.
Imposible imaginar qué hubiera pensado Bartolomé Mitre, quien en 1863 firmó el decreto de creación del Colegio Nacional de Buenos Aires –sobre lo que hasta ese momento había sido el Colegio Seminario y de Ciencias Morales– si ayer a la tarde hubiera podido estar nada menos que en el imponente salón de actos de la institución. Alguno habrá temido que las pesadas cortinas, los enormes sillones de madera, los altos techos, se cayeran ante el tamaño del giro ideológico que se estaba dando allí. Es que el área jóvenes de la Comunidad Homosexual Argentina realizó el acto de inauguración de la “Campaña por la salida del closet”, con la presentación de la publicación Salí del closet. Guía de recursos para lesbianas, gays, trans y bisexuales. Contó para eso con el trabajo de la novísima comisión de diversidad sexual del Centro de Estudiantes y la autorización y presencia de la rectora del colegio, la licenciada Virginia González Gass. Así, “el Buenos Aires”, aquel proyecto educativo que traspasa la historia argentina desde que en 1661 los jesuitas se establecieran en el mismo lugar que hoy continúa ocupando el colegio, vuelve a ponerse a la vanguardia de la educación nacional, entendiendo los vientos de cambio de una sociedad que exige respeto por las minorías sexuales.La rectora, más el presidente de la CHA, César Cigliutti, el coordinador del área jóvenes de la comunidad, Luis De Grazia, y este cronista charlaron el tema de la salida del closet ante un auditorio compuesto mayoritariamente por adolescentes. La rectora, urgida por las necesidades del fin del trimestre, dio la bienvenida y negó que el suyo haya sido, como había afirmado Cigliutti, “un acto de valentía”. “Valentía es la de ustedes, el colegio está convencido del valor del tema de la identidad”, dijo González Gass. Y para demostrar que no son sólo palabras, la presentación de la CHA no es el único acto en ese sentido. También el área de estudios queer y la secretaría de educación de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGTB) con el auspicio del INADI están organizando en el colegio un festival de arte queer, con artes plásticas, fotografías, cortos, danza, obras de teatro y performances varias.La rectora se retiró, pero dejó en su lugar a “mis alumnas”, como las llamó. Dos chicas de una presencia deliciosa, integrantes de la comisión de diversidad sexual del Centro de Estudiantes, quienes decidieron poner el cuerpo porque “si es un acto para concientizar sobre lo importante de hacerse visibles no podíamos ser incoherentes y trabajar en el anonimato”. Ruidos raros en las tumbas de Miguel Cané y otros prohombres del establecimiento se oyeron.Fue el turno entonces de la presentación del cuadernillo, trabajo en el que, según Luis De Grazia, el área a su cargo invirtió cinco años y es una guía práctica. Qué hacer, cuándo hablar, qué decir, a quién, por qué. “Las familias y las escuelas aún son los principales espacios donde se nos enseña a avergonzarnos de nuestros deseos, y a disciplinar, negar o castigar nuestros cuerpos. En la oscuridad del closet, nuestras familias no nos protegen o contienen ante las agresiones homo/lesbo/transfóbicas, sino que muchas veces también son lugares hostiles para nosotros y nosotras. En las escuelas el bulling, la discriminación y la violencia entre compañeras y compañeros muchas veces son omitidos e incluso legitimados por la comunidad educativa.” Después de ese discurso no quedaba mucho para decir, así que este cronista, último en el uso de la palabra, comenzó con sincericidio total, admitiendo el odio que le motivaban todos los presentes, odio devenido de la terrible envidia que le producía la comparación entre este colegio secundario y el que él sufrió, en plena dictadura, donde el malo, sucio, caca, era el homosexual, no el homofóbico, como se intenta instalar ahora, con suerte.Es idea de los más jóvenes de la CHA es que estas charlas se sigan produciendo en todas las escuelas del país, que puedan ser aprovechadas por profesores –ausentes en el encuentro de ayer– y alumnos, pero también en sindicatos y otros establecimientos, porque, hay que decirlo, las minorías sexuales se hacen visibles cada vez más, en cada vez más espacios. Y ya no hay proyecto educativo que pueda negarlas.Algunos consejos para tener en cuenta antes de hablarLa CHA sugiere ítems que deben tener en consideración quienes quieran "salir del closet".*El momento. Hay que buscar un lugar de comodidad y evitar decirlo en medio de una discusión. No sirve usarlo para herir, porque será tomado como algo negativo.*El vínculo con la familia. El proceso debe resultar positivo para quien lo expresa y sus seres queridos, por lo que es importante conocer cómo piensa y siente el entorno familiar.*Tantear el terreno. Si existen inseguridades, mejor hacer preguntas antes y prestar atención a qué tan receptivo es el otro.*Independencia económica. Para quienes viven con su familia y son mantenidos por ella, la sugerencia apunta a tomar cierta distancia y lograr ser más independiente. De esta manera, no aparecerá el riesgo de ser expulsado. De todas formas, si existe el miedo a una reacción violenta, es mejor esperar para hablar.*Otro sostén. Si la familia puede responder negativamente, es importante contar con algún amigo o grupo de confianza al cual recurrir.*Paciencia. Es necesario estar preparado para responder dudas y cuestionamientos de gente que tal vez nunca reflexionó sobre esto. *Seguridad. Quienes reciban la noticia van a hablar de terapia, religión y convencimiento. Es importante contar con información para ayudar a superar los prejuicios.*La decisión. No hay que aceptar las presiones ajenas para animarse a hablar. Hay que tener en cuenta que muchas veces los miedos están relacionados con las propias fobias y se cree que los otros van a reaccionar peor.
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